martes, 12 de junio de 2012

Hé...

Hoy, las paredes gritan tu nombre,  y te echan de menos.
Se creen que no les oigo llorar, por el simple hecho de que no tienen alma, ni ojos por lo que evocar sus lágrimas de pena pétrea. Pero les oigo llorar, porque sé que claman de nuevo tu presencia. 
Esperan volver a observarnos abrazados sobre un lecho conjunto de sensaciones, ardiendo como dos Aves Fénix esperando, en un suspiro del alba, renacer de nuestras cenizas cuando la pasión nos hubiera consumido por completo.

Volver a resurgir después de haber sido entregados el uno al otro sin más testigo que las cuatro paredes que envuelven en un halo de misticismo y de seductor acogimiento nuestra morada.
Hoy, las paredes gritan tu nombre. Con sus porosas superficies se asombran al ver el hueco vacío que ha dejado tu presencia. Y se preguntan dónde fue la Sílfide que sedujo a su amo.
Todo ésto en mi mente ya ha pasado...
Hay un arcoíris formado por las lágrimas de felicidad de tus ojos y la luz de tu sonrisa.

Ahora cuando estás ausente, y te busco entre mensajes perdidos y bajos tonos, un nudo se dibuja en mi garganta impidiéndome respirar, y requiere de tu presencia para disolverse. Ahora que no te encuentro, aunque sé que te encontraré, me cuesta incluso respirar. Me cuesta pensar que te pierdo aún sin haberte tenido.
Me cuesta convencerme de que todo ha sido real, y no un mal sueño creado por mi mente enferma.

No paro de pensar en lo que podría haber significado una lágrima más o una lágrima menos, cuando nuestras sensaciones se colmaban de incesantes sonrisas y falsos ojos húmedos escondidos en un doble fondo que sirve de tapadera a los pensamientos más absurdos. 
Me cuesta pensar en que ahora sólo queda aparecer en tus sueños, en tu imaginación, y en tu memoria. Que mis brazos no estarán rodeando tu cuerpo mientras tu mirada proyectaa un "te quiero" que se filtra en mis pupilas y me hace temblar.

Mis ojos se hacen fuente al pensar en toda aquella bruma del pasado que hemos dejado escapar sin contarnos. Pensando en todas aquellas vidas que llenaron el vacío que sentías antes de que mi presencia lo inundara con un nuevo aroma de esperanza.

Siento que no puedo ofrecer más que lo que,vagamente, tus emociones me piden. Siento que no puedo sentir más. Querría sentir más fuerte, más alto, y más claro, pero sólo puedo pensar.
Pensar en que no siento me hace olvidar el motivo por el que dejé de sentir, y sentir le da el único motivo a mi vida a seguir siendo vida.







Siente, no pienses.

No hay comentarios:

Publicar un comentario